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15 DE FEBRERO: a 10 años de la herida que puso a un pueblo de pie
Desde temprano empezaron a sonar las voces en la Radio el Algarrobo. Voces conocidas que reciben a las que van llegando, que son otras, pero resuenan en la misma sintonía. Bajo el Árbol circulan los mates, el pan, la emoción, los abrazos. Allí mismo donde hace diez años se abrió la herida que marcó el andar de un #pueblo, el ritual del encuentro fue sembrando esperanza y construyendo hermandad. Convocados por la #memoria y la conciencia vamos llegando desde distintos territorios de la provincia y la región. Nadie es extraño, nadie es ajeno.
Al mediodía ya se mezclan los acentos y relatos de distintos lugares y la comida compartida sirve para organizar lo que sigue: una Caravana que parte desde Choya y baja hacia la Plaza de Andalgalá, sumando gente a lo largo del recorrido. Más de seis cuadras largas de vehículos saludada y aplaudida por lxs vecinxs de todos los distritos. Ya en la Plaza sigue el movimiento: feria, música y encuentro.
Hasta que se van desplegando las banderas que cada sábado dan vueltas a la plaza: la Caminata digna de miles de pies, tambores, sikuris, cajas, voces y corazones que siguen diciendo NO a Agua Rica, No al saqueo y la muerte. Compañerxs de Andalgalá, Ancasti, Belén, Londres, Valle Central, Tucumán, Leales, Santiago caminamos el 15 de febrero para recordar que hace 10 años el Estado minero abrió fuego contra el pueblo, y las balas abrieron el camino que transitamos desde entonces: la resistencia colectiva desde las Asambleas.










Encuentro Histórico
Por primera vez las Asambleas Socio-Ambientales y las Comunidades Indígenas se reúnen en defensa del #agua y los #territorios.
#Catamarca tiene una larga lucha por la defensa del agua y la vida. Esta historia, ha tenido como uno de sus más destacados protagonistas a las asambleas socio-ambientales, especialmente a la Asamblea del Algarrobo que enfrentó y logró frenar el proyecto de Agua Rica allá por el 2010. Un proyecto que lisa y llanamente, destruiría la Perla del Oeste tal cual la conocemos hoy.
En las últimas décadas, en toda América Latina y en Catamarca también, ha tomando fuerza y protagonismo un nuevo sujeto político: Las Comunidades y Pueblos indígenas. Herederos de 500 años de resistencia, lejos de “desaparecer” o “extinguirse”, tal como quiso imponer el Estado Colonial y mas tarde el Estado Nacional, los Pueblos Indígenas vienen desarrollando un proceso de reorganización político y territorial de innegable importancia y de gran potencia.
En Catamarca se auto reconocen hoy más de 20 comunidades indígenas, la mayor parte de ellas se encuentran en Belén y Santa María y otras en #Antofagasta de la Sierra. Muchas pertenecen a la Nación Diaguita, y como tales integran la Unión de Pueblos de la Nación Diaguita (UPDN). La UPDN realiza regularmente desde hace años asambleas donde Caciques/as, comuneros/as e integrantes de las comunidades se informan, intercambian saberes, comparten problemas y debaten sobre posibles soluciones, celebrando el fortalecimiento de sus modos ancestrales de existir y habitar sus territorios.
El 21 de diciembre, en el territorio de la comunidad indígena Atacameños del Altiplano, en Antofagasta de la Sierra, se llevó acabo la última Asamblea del año de la Unión de Pueblos de la Nación Diaguita. Esta Asamblea tuvo una particularidad muy importante ya que a ella fue invitada la Asamblea PUCARA, integrada por las asambleas socioambientales de distintas localidades de la provincia de Catamarca (Andalgalá, Ancasti, Antofagasta, el Valle Central, Fiambalá, Tinogasta, Belén/Londres, Santa María), para analizar y construir de manera conjunta estrategias en defensa de los territorios amenazados por el extractivismo de las empresa multinacionales que actúan en complicidad con el Estado.
Este encuentro es fruto de un largo camino donde comunidades y asambleas se fueron uniendo frente a un enemigo común, que si bien cambia de nombre -Livent, La Alumbrera, Agua Rica- tiene por detrás un mismo sistema y un mismo fin: el beneficio económico de las corporaciones. Sin lugar a dudas, el territorio elegido no fue casual y la importancia de este encuentro histórico hoy tampoco lo es. A medida que la megaminería y los negocios del litio se expanden, los conflictos con los habitantes del lugar crecen y se multiplican. Por más de 20 años, los gobiernos de turno tuvieron en Antofagasta de la Sierra una vía libre para la explotación minera. Pero a raíz del brutal saqueo de recursos por parte de las empresas, especialmente el uso indiscriminado de agua en una zona dónde este elemento vital es escaso, el pueblo de Antofagasta y sus Comunidades indígenas se han levantado para decir Basta.
Basta al atropello de los habitantes locales, quienes no son informados ni consultados con respecto a los proyectos que avanzan en sus territorios.
Basta al desastre natural que ocasionan las empresas, secando ríos y humedales.
Basta a la corrupción de los funcionarios y empresarios.
Basta a la destrucción de los modos tradicionales de vida de las comunidades indígenas y campesinas. Es el mismo grito de Basta que mantiene vivo la asamblea de Andalgalá en cada una de sus más de 500 Caminatas por la Vida.
Desde PUCARA, celebramos este encuentro histórico. Sentimos y sostenemos que este es un paso fundamental en la articulación de fuerzas para llevar a cabo estrategias en defensa de nuestros territorios, del Agua, los Cerros y la Vida. Contra el avance del modelo extractivista que se quiere imponer como única posibilidad, son cada vez más las personas, las asambleas y las comunidades que le dicen NO al Saqueo y Contaminación, y sí al fortalecimiento de las economías locales, revalorizando las prácticas tradicionales y ancestrales, para la construcción colectiva de modos de vida alternativos.
El 2020 ya llegó y la unión de las Asambleas y Comunidades Indígenas será una de las grandes fortalezas para seguir diciendo NO al modelo de muerte y contaminación de la megaminería. Los pueblos elegimos cuidar el agua, la tierra y vida.