Cada vez somos más lxs que recuperamos la conciencia que no podemos ser sin los otros. La humanidad entera empieza a reconocer esa trama de la vida que une todo lo viviente y, sin la cual, no sólo no vivimos; ni siquiera sobrevivimos. La vida se torna demasiado gris al estar privados de nuestros afectos. Por eso, quienes más sufren son aquellos a los que la pandemia y el aislamiento les ha arrebatado el contacto con sus seres queridos. Es que nosotrxs somos las relaciones que nos constituyen.
El Covid-19 nos ha obligado a pensar de forma profunda las formas de producción y reproducción que hacen posible la vida. Esa vinculación de todo lo viviente, donde lo humano y lo no humano forman parte de un eco-sistema complejo cuya interconexión se ha evidenciado con toda su fuerza a través de esta pandemia global.
Las respuestas de los gobiernos ante esta pandemia han sido, a lo largo y ancho del planeta, de lo más diversas. Pero a la hora de disponer la cuarentena o las medidas de aislamiento social obligatorio, casi todos los mandatarios de países donde existen emprendimientos megamineros han decretado que esta es una actividad “esencial” y, por lo tanto, exenta de las restricciones y prohibiciones impuestas para otras actividades económicas, sociales, culturales, etc.
En este punto, nos preguntamos: ¿Qué tiene de esencial la megamineria? ¿Puede ser considerada “esencial” una actividad básicamente extractiva y destructiva? ¿Esencial para qué y para quiénes? Estas preguntas resuenan con más fuerza hoy, cuando ya conocemos que en gran parte de los pueblos donde existe megamineria, el virus ha ingresado a través de estos trabajadores, generando un gran número de contagios y de muertes. Basta con mirar lo que ocurre en el norte de Chile o en el Perú, en incluso en algunas de nuestras provincias como Jujuy, en donde el virus ha ingresado a través del flujo constante de trabajadores y empresarios mineros.
El #virus aparece como un llamado de atención sobre el modelo de vida que llevamos a nivel global. Si los gobiernos pretenden cuidar a la población deben suspenden estas actividades altamente destructivas. Sería más oportuno y pertinente declarar “esencial” actividades productivas amigables y respetuosas del #ambiente. Sería adecuado apoyar a los pequeños productores agrícolas en lugar de brindar grandes subsidios a empresas agroexportadoras. Sería pertinente apoyar a hilanderas y pastores de la puna en lugar de habilitar y fomentar la mega minería de litio.
Quienes defendemos y reivindicamos el cuidado de la vida en todas sus formas, sentimos que el COVID-19 nos obliga a redoblar los esfuerzos por alcanzar un cambio radical. Una transformación completa de las formas de producción y de relación entre los seres, que prioricen el respeto y cuidado de la tierra, de la que formamos parte.
Por eso decimos que la megamineria NO es esencial. Por el contrario, allí donde llega la minería transnacional se secan ríos, saberes y personas. Se muere la vida. Sólo queda basura y muerte. Los ejemplos son innumerables. Por eso pedimos la megamineria deje de ser considerada actividad esencial en este tiempo de pandemia. No queremos a las empresas en nuestros territorios y exigimos que se garantice el derecho a la vida y a la salud integral de nuestros pueblos.
Esencial es el #agua para la vida. Esencial es la salud de todxs
EL AGUA VALE MÁS QUE EL LITIO!
FUERA MINERAS DE NUESTROS TERRITORIOS
LA MINERÍA NO ES ESENCIA!