El 24 de Marzo es el día de la Memoria. Recordamos que hace ya 45 años irrumpía el más sangriento golpe cívico-eclesiástico-militar en nuestra historia.
¿Pero quienes eran lxs desaparecidxs por lxs que pedimos memoria y justicia? Hoy más que nunca es fundamental recordar que el genocidio de los ´70 fue selectivo, y todx militante comprometidx con la búsqueda de un mundo mejor fue culpable, y por lo tanto castigadx. Lxs desaparecidxs oponían diversas resistencias al neoliberalismo depredador que finalmente se impuso a sangre y fuego sobre toda Abya Yala. Ellxs sostuvieron una lucha antisistémica, realizando una denuncia visceral contra el imperialismo colonialista de aquellos años.
Por eso, se vuelve un deber resignificar la Memoria, que hoy intenta robarnos el poder. Se hacen actos oficiales por los desaparecidos, mientras en Chubut se incendian poblados enteros y se reprime a lxs manifestantes que reclaman por su derecho a vivir en un ambiente sano, que se oponen a que el llamado “desarrollo” sea el avance de las empresas sobre territorios y bienes comunes de los pueblos. La criminalización de la protesta es cada vez mayor, a fin de garantizar el avance del extractivismo a toda costa.
Hoy la situación es crítica: se amplifica el saqueo y la destrucción de los territorios, más allá del gobernante de turno, y eso implica nuestra propia destrucción. Mientras recordamos los genocidios de ayer somos conscientes que hoy enfrentamos más que eso: lo que vivimos es un TERRICIDIO. La totalidad de la vida es puesta en peligro.
Porque somos agua y somos memoria, no podemos dejar que esta se pierda y mucho menos que nos la roben. Por eso queremos recuperar los hilos de la memoria, los relatos de los pueblos que resisten y se plantan contra toda forma de violencia sobre los cuerpos/territorios, a fin de retejer nuestra historia cargada de lucha y esperanza por otro mundo posible.