Porque cuidamos la salud, el agua y la vida…
La megaminería irrumpe en nuestro país en la década del 90. Las leyes se transforman para que empresas multinacionales se apropien de los recursos, en su incesante acumulación de capital. El saqueo de los llamados recursos naturales es una de las características del extractivismo empresarial, apoyado por los gobiernos, que amparan y favorecen su accionar.
Que nuestro país ocupe en la economía global el lugar de exportador de materias primas no es nada nuevo, ya que tenemos una prolongada historia de colonialismo y sometimiento. Pero lo que la megaminería trae es un crecimiento exponencial en la magnitud de los emprendimientos y de los materiales extraídos.
Muchas cuestiones cambiaron desde las miles de muertes en los socavones de las minas de plata de Potosí. Pero la violencia que desatan los poderes que controlan la economía global, avanzando sobre los territorios con una lógica de dominio y depredación, continúa vigente.
Es necesario comprender que la megaminería pone en riesgo la continuidad de la vida en aquellos lugares donde se instala. Que representa un negocio para pocos, y que aunque genere trabajo siempre es escaso e inestable, además de insalubre. El beneficio que la megaminería promete es efímero y las secuelas son irreversibles.
La contaminación del aire, del agua y de la tierra son consecuencia del avance de la megaminería, junto con el deterioro de la salud de las poblaciones y el empobrecimiento de las actividades productivas tradicionales. Nuestros territorios se sacrifican para alimentar el orden global imperante.
¿Por qué no se informa, no se consulta a la población? Los proyectos extractivos avanzan sin licencia social, sin tener en cuenta la voz de los pueblos, generando un alto impacto ambiental y social. Ya vimos lo que pasó en Veladero (San Juan) y en Alumbrera (Catamarca). Y la nueva amenaza para Andalgalá que representa Agua Rica, que pretende avanzar a toda costa, a pesar del reclamo constante de lxs vecinxs. O en los salares de la Puna (Antofagasta), donde llegan cada vez más empresas con el fin de enriquecerse extrayendo Litio, usando miles de litros de agua, secando humedales y apropiándose del territorio de las comunidades.
Creemos que es necesario decir basta, porque el avance de la megaminería pone en riesgo la vida de los pueblos. Es fundamental preservar la vida ya que tenemos un compromiso con las futuras generaciones.
Basta de saqueo y contaminación!
#Lamineríanoesesencial. La salud, el agua y la vida sí.